sábado, 28 de noviembre de 2015

Palabras de mis nuevas publicaciones

"La vida, la muerte, son tan solo  momentos instantáneos de la existencia. La magia esta en dejar de pensar todo como muerte o como vida y existir eternamente"

Bufanda obra de Carlos Daniel (Cedaniel Bépinzon)
Editorial saga del cojín

" Observar desde arriba, es una práctica que permite en la cotidianidad descubrir e impulsar la fuerza de resiliencia que nos eleva mas allá de los límites"

Les Alliés Transparents  obra de Carlos Daniel (Cedaniel Bépinzon)
Editorial Saga del Cojín

"Sentarse y dejar que la razón pase sin darle en poder de que convierta el fluir de las cosas, en una ilusión llamada conflictos"

ZenFlicto. Obra de Carlos Daniel (Cedaniel Bépinzon)

viernes, 13 de noviembre de 2015

Cultura con Resiliencia Solidaria

Por Carlos Daniel Bermúdez Pinzón
Escritor y Emprendedor Esencial en Cultura de Resiliencia Solidaria                                

Estar vivos en esta realidad, es resiliencia. Mantener el espíritu de esperanza y confianza en si mismo, en los demás, es resiliencia. Decidir y realizar un propósito desde lo que creemos ser, es resiliencia. Amar, crecer, sentir, es resiliencia. Conservar y sostenerse siempre en armonía, es resiliencia.

Cuando nos hallamos en medio de   situaciones adversas, dolorosas, experiencias limitadoras, circunstancias limitantes, e incluso exitosas, que afecten nuestro equilibrio personal y desarrollo en bienestar,  es necesario sacar del interior esa tenacidad que trasciende  cualquier límite  para salir y avanzar en bienestar;  le llamamos resiliencia.


Es una capacidad que a veces se ha creído como perteneciente solo a seres de una extraordinaria particularidad,  se encuentra en todos los seres, en cada uno, Lo que sucede es que tiene características específicas de acuerdo a las propias vivencias personales, al desarrollo de la personalidad, a los imaginarios y condiciones físicas, sin que ello signifique que una u otra sean limitantes. Lo importante en la resiliencia es precisamente vencer los límites propios e ir mas allá de ellos para alcanzar bienestar.   Como su descubrimiento se ha hecho en condiciones extremas, de dificultad, amenazas, desastres, sufrimiento, se tiene la creencia que es dentro de estas circunstancias que se produce. Lo que sucede es que allí es el escenario donde se visibiliza, mas ello no implica que es donde se desarrolla, en la propia naturaleza se encuentra presente, sencillamente hay que activarla.

Ser consciente, intuir y darse cuenta de que la resiliencia es inherente a nuestra esencia humana, abre la vía para descubrirla y conectarla en  nuestro interior. La imaginación, la razón, las emociones, los sentimientos, el cuerpo, son parte de sus expresiones, es lo que nos ha posibilitado la evolución, a medida que nos adaptamos a las nuevas realidades surge un empuje para asumirlas; la creación, el ingenio, la resolución de situaciones, la inteligencia práctica son los síntomas visibles de la propia capacidad que tenemos para ser resilientes. Como somos pantallas de lo que sucede a nuestro alrededor, el camino para despertarla, de manifestarla comienza con el principio de la autoobservación, detenerse a ver que pasa en nuestro interior cuando establecemos relacionamos con el mundo que nos rodea. Como se mueven nuestros pensamientos, nuestras creencias, nuestras emociones y sentimientos, nuestros cuerpos y especialmente que formas imaginarias provoca.

Como observadores de los fenómenos hemos hallado que las experiencias de los seres humanos que resultan intensas, que llevan a un límite máximo de soportabilidad, permiten el surgir de la capacidad de resiliencia en personas y comunidades, que responden con propuestas sobresalientes a las amenazas de la realidad.  La imaginación es el lugar de resiliencia por excelencia, allí construimos mundos fantásticos que nos ayudan a satisfacer las frustraciones. Cuando una experiencia intensa acontece en la vida de una persona el mundo de la ilusión creada es desplazada al plano de lo imaginario, haciendo que de alguna manera esos sueños, esas fantasías de realización; se concreten en mecanismos de acciones y comportamientos a la realidad, comenzamos a convertirnos en  exitosos,  en  triunfantes, con un poder creador transformador en la cotidianidad, sin importar lo adversa que resulte.

Desde lo imaginario entonces saltamos a concreciones de realidad y de allí a la resiliencia en su entorno, en otros. Demostrarse capaz de trascender cualquier circunstancia, experiencia, realidad individual  con sentido de bienestar, nos lleva mas allá de lo individual  hacia el sentido de ayuda mutua en lo colectivo comunitario, Un proyecto de existencia exige avanzar en resiliencia solidaria es nuestra esencia como especie humana; trascender cualquier circunstancia, experiencia, realidad e irrealidad individual con sentido de bienestar, primero en lo individual luego hacia la ayuda mutua en lo colectivo comunitario.
  
Recuperación propia y en todos los escenarios ante la adversidad, siempre como condición el mantener en un estado individual de bienestar; para que de manera secuencial continúe en la sensibilidad hacia un compromiso  con los otros. Así su propósito de trascender no se queda en lo personal, sino que continúa en el despertar en los demás el espíritu de las sin limitaciones en  cualquier condición de salud, de sufrimiento, de dolor, de carencia, de impotencia, de  restricciones que mantienen ilusión de apresamiento del ser humano, eso es resiliencia solidaria. 

Solo aquel que es y actúa como resiliente  tiene la posibilidad y la capacidad de hacer que está, no solo sea una respuesta personal, individual sino que se transforme en una vibración colectiva que despierte y desarrolle el potencial de trascender las adversidades y las limitaciones de las experiencias en los demás.

La posibilidad para que se promueva dentro de la sociedad unas mejores condiciones  de vida y de  muerte como parte inevitable del proyecto de existencia, depende del compromiso individual y colectivo que asumamos como gestores  o agentes de cultura en resiliencia solidaria, que reconocen que los seres en cualquier condición de humanidad, somos hermanos y creadores de Bienestar.

Avanzando hacia el encuentro con Cultura de Resiliencia Solidaria. 2016

lunes, 21 de septiembre de 2015

Postura de quietud y Vibrar de relaciones

Cuando en medio de tanto ruido interior, el silencio se abre campo, dejo las formas, las programaciones en las que me he sumergido en este cuerpo físico, emocional y mental.

En ese breve y eterno instante, evidencio la esencia que soy. La que intuyo siempre, la que me hace trascender cada experiencia que sucede mas allá del juego de los encuentros.

Me observo en el vacío de una armonía creadora, que se expande sin movimiento, sin detenerse. Donde no estoy, estando, donde no siento, sintiendo, donde existo, sin existir.
Uno en todo, uno en nada, Eso lo único que alcanzo a decir.

Ahora estoy de regreso al ruido de la existencia, la residencia del "te amo y me amo". Del "en cualquier lugar que te encuentres mi corazón esta contigo". Del "sentir la presencia hermosa de aquellos que están cerca y de otros con quienes vibras profundamente que en esta vida jamás ni tus ojos han visto, ni tus manos han tocado".

Del silencio en vacío sagrado, al ruido de las relaciones vibrantes. Ese es el puente que cruzo entre el sentarme en la quietud y el andar en la vivencia. En uno u en otro, con postura o sin pose, con cuerpo o sin él, en la forma que tenga, o en la que no exista, siempre soy el mismo.

Sabes porque puedo decir: ¿Te amo sin conocerte y que lo experimentes?. ¿Estoy contigo sin jamás haber estado y me sientes?, ¿Vibro en tí y una fuerza sacude tu cuerpo y arremolina tu corazón?

Sencillamente por que yo, tu, el, ella, nosotros, nosotras, vosotros, vosotras, ellos, ellas, sea el pronombre que sea, Estamos eternamente abrazados en ese puente que conduce al vacío donde somos uno.

CarlosDaniel

sábado, 8 de agosto de 2015

El instante mas hermoso: Tú

El instante de conectar con un ser, con una persona es el verdadero propósito de la vida. Todas las sincronías del universo se suceden exclusivamente para lograrlo.

Por ese momento específico, íntimo que puede ser tan sencillo y maravilloso como una mirada, un gesto, una palabra o el tejido de una conversación, un beso, una relación, el fluir del qi entre meridianos internos y externos, se crea un nacimiento, un crecimiento, una madurez, relaciones de dolor, de amor, de sufrimientos, de alegrías todo para alcanzar la sabiduría necesaria para un instante.

Ese es el sentido de la vía del qi de la tranquilidad, de cada encarnación, de cada vida, de cada muerte,

CDaniel BPinzón
💚💜😘

domingo, 2 de agosto de 2015

Escritura en tranquilidad

Elegí un momento de intimidad, en silencio
De aquellos que fugazmente vacían mi corazón de emociones y sentimientos programados por los encuentros, a veces llamados relaciones de amor,
Mas solo son la turbulencia ocasionada
Por un mundo provocador y distractor
De esencias.

Al fín en el encuentro sin el yo de las razones, estuve en mí, en quietud con conciencia.
Me hallé con algo imaginado, sin jamàs haber verificado su verdadera existencia: le llame tranquilidad y me sumerguí desde entonces en ella.
Ahora soy su discípulo, aquel que teje letras en escrituras desde la cual ella toca corazones y conduce a su esencial virtud la armonía.


sábado, 1 de agosto de 2015

Latidos en palabras

A tu corazón que late instante en instante escribo en palabras los latidos del mío. Aunque digas que es poesía, no soy un poeta, simplemente un ser que respira y siente tu presencia. Un ser que imagina que expresar los sentimientos en letras, posee la magia de tocar la intimidad de tu vida para que despiertes plenamente la esencia hermosa que eres.

En medio de tantas trampas de la razón, de la esclavitud de siempre camuflada ahora en aparentes éxitos, reconocimientos sociales o en la subordinación a un trabajo estresante, a una relación en desequilibrios y que te apresa en angustia, tengo certeza de que unos cuantos latidos de calidez, impresos en palabras pueden tocar el centro para liberar tu esencia.

Permítete ingresar en tu intimidad, que los latidos reales de tu ser se rebelen y tomen tu cuerpo, tus emociones, tus sentimientos, que la razón solo sea una viajera que pasa y observas, filtrando la sabiduría camuflada en ella.

Solo me resta entonar para ti dos palabras por tres veces, con la esperanza de que en el pentagrama de tu corazón, sean la partitura que se interprete eternamente:
Te Amo, Te Amo, Te Amo.
Contigo CDaniel

jueves, 23 de julio de 2015

Práctica zazen y sentir Qi

Mi práctica integra con la intimidad de la esencia. 
Tomo consciencia de lo que fluye, de lo que se estanca.
De los recorridos de la energía entre las cosas y los seres.
Solo existe este instante, no se espera algún otro. 
De observador a observado en un ir y venir, sin preguntar, sin razonar.
En la observación se manifiesta como estar en quietud, 
como moverse, cuando hablar, cuando callar. 
Me uno a la corriente del Qi, que es vía, que es vacío, uno en todo, 
todo en uno. Vacío completo, plenitud en vacío.
Que hay fuera? el estar dentro. Que hay dentro? el estar fuera.

En el zazen se esta sentado sobre el cojín
con la postura correcta y en el silencio del darse cuenta
En el Qi se mueve con la corriente que pasa,
 movimientos y posturas sutiles  llevan sin resistencias
 Complementos que se suceden de manera eterna y del instante.
Cuál es uno? Cuál es otro? donde comienzan? Donde terminan?
ni comienzo, ni final sucede y transcurre sin origen, en libertad. 

jueves, 2 de julio de 2015

Tranquilidad via de la Facilitación Terapéutica

En el duelo se lleva a cabo un encuentro de recuperación de la tranquilidad con la existencia

“La violencia acalla las  voces. La terapéutica en la cultura de la paz la recupera devolviéndola  a las personas” (1)

La vía es un camino que se recorre: todos sus momentos fluyen dejando experiencias y aprendizajes. La vía se asume cada instante en lo que ofrece su trayecto, a veces fluye sin mayores tropiezos, otras llena de obstáculos y dificultades; siempre permitiendo el crecimiento en múltiples sentidos. Aprender a elaborar las pérdidas, desapegarse de seres ausentes físicamente, de asuntos dejados por una u otra razón especialmente en un espacio donde la agresión y la violencia arrebatan madres, padres, hermanos, hermanas, amigos, amigas, ciudadanos, proyectos de vida lo que obliga a despertar esa resiliencia psicológica, aunque en ocasiones se crea es exclusiva de algunos está presente en todo ser humano y se expresa en un sentido de trascendencia permanente  orientada a estar y mantenerse en la tranquilidad, que de ninguna manera debe entenderse como conformismo o una resignación de estado racional de pasividad de "buenas condiciones", por el contrario significa un movimiento eterno donde los aparentes opuestos, se encuentran, se suceden, se complementan.

Para lo que nos convoca es el caso de la vida con la muerte, la muerte con la vida en indivisible complementariedad existencial. Los seres humanos se interrogan, temen, sufren, gozan e imaginan significados, construyen proyectos alrededor de esos dos instantes que se suceden haciéndose uno en su encuentro e impactando y promoviendo un tejido de relaciones personales, sociales, culturales en cada ser humano. Es connatural a esta realidad el proceso de elaboración, está ahí permanentemente al reproducirse el ciclo de vida y de muerte; por tanto hacerla con conciencia es la vía y el ser de la facilitación terapeútica   para mantener el de tranquilidad y lo que deriva de ello: la felicidad de relaciones.

La única manera de enfrentar y superar las circunstancias de la violencia, de la pérdida inesperada como un traumatismo que causa intranquilidad en las personas, los grupos, las familias y las sociedades, es darle fuerza a su opuesto complementario asociado: la tranquilidad para desapegarse y dejar todo aquello que por muy importante que ha sido, ya no se encuentra y hay que continuar hacia adelante, lo que llamo el emprendimiento de  una vía personal con sentido terapéutico desde donde se elabora el permanente estado de duelo que es inherente a nuestra humanidad: aceptar  pérdidas, desapegarse de los seres ausentes, de relaciones afectivas, de instituciones familiares, educativas, sociales, de edades, dejar y seguir la continua evolución cultural de hábitos, creencias, rituales,  emociones, sentimientos, imaginarios, etc, tanto externos, como internos.

La vía terapéutica
  
La vía en la recuperación a personas en circunstancias generadas por la violencia es una vocación que se ha convertido en cruzada por que sus manifestaciones son hechos comunes, cotidianos, mas no por ello aceptados. Esta vía se asume desde la multidimensionalidad del ser humano, da sentido de crecimiento y resignificación del proyecto de vida, además que involucra la comprensión de presencias que aunque no sean visibles están actuando en la naturaleza de la existencia y en el desarrollo de todos los actos desde la libre elección de experiencias en el ser humano, quien no es un títere de los eventos sino que a nivel muy profundo desde su esencia los crea y los provoca.   Por experiencia en las intervenciones se descubre que es esencial construir encuentros desde una perspectiva humana - transdisciplinaria - terapéutica, en vía de derechos, con sentido de trascendencia y emprendimiento solidario. Desconocer  esto, es ignorar la psicología integral de las personas y continuar en un proceso de victimización, con ello se limita al ser humano con simplicidad dimensional y reduccionista: seguir afianzando su estar en el mundo a una expresión desintegrada y necesitada: víctima,  cuya tranquilidad  depende de  una economía, un trabajo, de proyectos materiales, de una cierta justicia, no de una totalidad . La verdadera elaboración del duelo, de la pérdida significa descubrir que la pérdida es más que una pérdida, una posibilidad de crecer, de mejorar su calidad vida, de descubrirse como una unidad creadora más allá del papel y arquetipo de víctima, que se fortalece activando  los arquetipos de Héroe,  cuidador,  creador, siguiendo algunos tipos y orientaciones Junguianas(2). Un ser humano es en permanente trascendencia, en construcción de autonomía y de procesos internos de autogestión hacia comportamientos sociales que reflejan valores en solidaridad en tranquilidad. Eso precisamente es  el sentido y el propósito de la intervención de la Psicología como facilitación terapéutica. Crear espacios, vivencias de goce, de expresión de emociones, de sentimientos, de intenciones para desde allí en conciencia impactar en los procesos interiores desde donde la persona, el ser humano construye su psicología saludable, su estado de tranquilidad que significa armonía con todo lo que hace, expresa y le lleva a trascender de una persona común a un ser emprendedor de su propias experiencias.

El camino terapéutico elaborado en el encuentro de duelo, de pérdidas, evidencia que además de un trabajo psicológico sobre la emocionalidad, los sentimientos, los pensamientos, una recuperación de la integralidad de la persona como ser humano desde su biopsicología, sus relaciones afectivo-emocionales, sus imaginarios-trascendentes y fundamentalmente su reivindicación de persona con dignidad, sujeto de derechos y deberes, los que son vulnerados por los actos de victimización a los que les somete el victimario privándole del derecho a la vida, al amor, a la familia y al Bien-Estar.

En esta construcción los encuentros en recuperación a víctimas de la violencia deben asumirse desde la multidimensionalidad del ser humano, con una visión transdisciplinaria-terapéutica, en vía de derechos, con sentido de trascendencia y emprendimiento solidario. Desconocer y subvalorar la intervención de una u otra área, es para la psicología integral dar continuidad al proceso de victimización, que ignora y limita al ser humano con simplicidad dimensional y reduccionista: seguir afianzando eñ estado víctima,  que depende de cosas, economía, trabajo,  proyectos materiales, justicia. La verdadera elaboración del duelo, de la pérdida significa descubrir que la pérdida es más que una pérdida, una posibilidad de crecer, de mejorar su calidad vida de descubrir más allá del papel y arquetipo de víctima, como una persona que crea y decide todas sus experiencias en la vía de la existencia mediante la activación consciente de los arquetipos de Héroe,  cuidador, creador, siguiendo las orientaciones Junguianas(2). Un ser humano en permanente trascendencia, en construcción de autonomía y de procesos internos de autogestión hacia comportamientos sociales que reflejan valores en solidaridad en tranquilidad. Eso precisamente es  el sentido y el propósito de la intervención de la Psicología como facilitación terapéutica. Crear espacios, vivencias de goce, de expresión de emociones, de sentimientos, de intenciones para desde allí en conciencia impactar en los procesos interiores desde donde la persona, el ser humano construye su psicología saludable, su estado de tranquilidad que significa armonía con todo lo que hace, expresa y le lleva a trascender de una persona común a un ser emprendedor de su propias experiencias.

La vía terapéutica en un encuentro de duelo, de pérdidas,  desde la elaboración de la emocionalidad, los sentimientos, los pensamientos, es la oportunidad de recuperación de la propia integralidad de humanidad en dimensiones de biopsicología, relaciones afectivo-emocionales, imaginarios-trascendentes y fundamentalmente en la reivindicación de la dignidad como sujeto de derechos y deberes; aunque estos intentan ser vulnerados por los actos de victimización ejercidos por el victimario, en un intento de someter privándole del derecho a la vida, al amor, a la familia, al Bien-Estar, a la tranquilidad, así parezca jamás tendrá un verdadero poder, ni el permiso, ni el poder para hacerlo, porque solo el libre albedrío y la voluntad propia puede dárselo. Tomar conciencia de ello es el sentido y propósito de toda vía terapéutica. 

Por esta razón este encuentro en conciencia con las llamadas pérdidas debe ser liderado por el Acompañamiento del Psicólogo como facilitador terapéutico; más que un tallerista o un simple facilitador, trasciende en transformaciones existenciales con el uso de herramientas, conocimientos y experticias que impactan la interioridad de las personas. activando arquetipos y una visión extendida de lo que significa la existencia lo que se observará en la precipitación en todas las áreas de la vida de comportamientos y proyectos de  Bien-Estar integral. 

La vía terapeútica entendida así se soporta en la recuperación de valores, mediante comunicación de autoestima, de actitudes orientadas a la reivindicación de la dignidad humana. El respeto a la persona, la permanente entrega desde la sinceridad espontánea, el pedir y darse permiso para vivenciar cada experiencia propuesta, generan el clima psicológico externo e interno de autoconfianza en todos los actores durante el proceso facilitando las relaciones transferenciales de liberación y desprendimiento de emociones, sentimientos, intenciones, imaginaciones que bloquean el estado de armonía en las personas. Ahí la insistencia del perfil del psicólogo, como persona esencial con capacidad de trascender su rol, comprometido en su propia vida con una vivencia constante de vocación y misión terapeútica, que utilice como herramientas relaciones de acogida, de calidez, de reconocimiento y aceptación plena de los seres. Impregnado desde la lúdica espontánea, la ética cotidiana vivencial, la mística en sus comportamientos y la creatividad para hacer de cada momento una oportunidad sanadora en intencionalidad de empoderar a las personas en la identidad como seres que tienen la plena libertad de decidir todo lo que sucede en su vida. Lograr esto  rompe con  la relación que da energía a la victimización:  sometedor victimario - impotencia de la víctima. El facilitador terapéutico debe tener el poder de disolver esa ilusión que condiciona y establece un arquetipo del victimario quien quita  la vida, acaba con la familia, desestabiliza el proyecto de vida sin pedir permiso y lo hace agresivamente sometiendo en el imaginario de la impotencia a las personas. En este instante es cuando el psicólogo convoca la aparición y creación del Arquetipo del terapeuta desde el interior con la fuerza y la conciencia suficiente para causar el impacto de reestablecer al ser humano, de renacerlo de las cenizas de su circunstancia de objeto víctima, elevándole hacia el de sujeto autónomo de derechos, deberes, con el poder de decidir por si mismo sobre su proyecto de existencia.

Por supuesto la vía continúa en una intervención terapéutica individual, familiar, social, de ciudad, de país. Trascendiendo el simple duelo de una pérdida personal, afectiva hacia la construcción de un proyecto de vida social, solidario, humano que contribuya a una transformación solidaria social del país. Un duelo sin esa perspectiva, no podrá elaborarse plenamente. Si el empoderamiento de los participantes de esta vía es real desde su interioridad, se abre paso un emprendimiento en conciencia de la tranquilidad en todas sus relaciones,  con compromiso y manifestación de transformación multidimensional. El renacimiento ya no depende de un otro exterior, llámese terapeuta, consejero, persona esencial, gurú, maestro, sino que esta dentro del ser mismo, en su interioridad, un constante compañero sanador de relaciones con el suficiente poder para sostener el proyecto de vida, esa es la terapéutica que activa la resiliencia desde lo personal, individual, hacia la terapéutica de lo social, de lo colectivo, de lo universal que se crea cultura de tranquilidad: armonía interior y exterior.







(1) Extraído del documento: Cultura de la Tranquilidad por Carlos Daniel Bermúdez Pinzón. Psicólogo Facilitador Terapéutico. 2015
(2)     Carl Gustav Jung. Obra completa. Volumen 9/I. Los arquetipos y lo inconsciente colectivo.    Estudios Psiquiátricos, Madrid: Trotta (1999).

miércoles, 1 de julio de 2015

Artes Esenciales Qi

La vía de las artes esenciales tiene como pilar una actividad física, crear improntas desde las afirmaciones, el fortalecimiento de creencias mentales-imaginarias,  biológico-corporales, emocionales-sentimentales que incluye disciplina práctica de entrenamiento,  en una práctica intencionada en el equilibrio del cuerpo bio-físico, del corazón conectivo, de la mente simbólica con el QI que fluye, son los elementos básicos de las artes esenciales que promueven el bien-estar y la salud del ser humano. El sentido fundamental de estas es llevar al ser humano en el camino de la tranquilidad entendida como dijo el poeta budista  Yu Shih-Nan dijo: “Tranquilidad significa armonía en no-pensamiento”. Por tanto la actitud es ingresar en el silencio desde posturas y formas para observar lo que sucede en el interior, un estar en zazen que trasciende los límites de un dojo y se experimentada en todo.

Esa es la práctica fundamental y permanente. Un fluir de posturas estáticas, de formas dinámicas  con los cuerpos, con los corazones, con las mentes, en  el uno del espíritu,  permiten entrar en estado meditativo esencial que lleva a la armonía, el  espacio del Qi de la Tranquilidad.